A un siglo de distancia nos inspira la que fue la primera gastrónoma española: Doña Emilia Condesa de Pardo Bazán (Coruña 1851 - 1921). Supo vislumbrar con claridad meridiana que “la cocina es uno de los documentos etnográficos importantes” y que en ella “quedan rastros de las vicisitudes, de nuestra historia” afirmando que la literatura culinaria “bien aderezada tiene la propiedad de concentrar pareceres, sumar voluntades y aunar votos”.
Como locuaz periodista y escritora usó el género culinario como tribuna desde donde reflejar con extrema objetividad las costumbres de los fogones de una España en ciernes, pero también como púlpito desde donde lanzar, cuál cuchillos afilados, críticas gastronómicas y sociales a propios y extraños. Puede que esta "fama" unida al hecho de ser mujer le valga que desde casa, se le de un poco la espalda en cuanto a su relevancia gastronómica. Nadie puede discutir que sus descripciones y reflexiones superan con creces los recetarios de otros autores locales y nacionales de su época. |
|
La Condesa tuvo la capacidad de definir con extrema claridad lo que hoy llamamos gastronomía diferenciándola del alimentarse:
“La función natural más necesaria y constante, es la nutrición. En su origen se reduce a coger con los cinco mandamientos y devorar a dentelladas.... Lo que ha ennoblecido esta exigencia orgánica, es la estética, la poesía, la sociabilidad.
Cierta sobriedad se une ahora a la complicación culinaria, a la rebusca de condimentos varios y gustosos y de un ornato discreto y simpático al estómago, al través de la vista. El comer se humaniza cada día más. Ya no es el engullir de la bestia hambrienta. También en la mesa puede el espíritu puede sobreponerse a lo material"
Nuestro homenaje tiene su raíz aquí y nuestro menú será el pretexto para mostrar y descubrir "reflejos del pasado", hacer "surgir ideas culinarias nuevas, aunque inspiradas en nuestras tradiciones” y en modificar el fogón para: COMER; SEGÚN EL ALMA.
“La función natural más necesaria y constante, es la nutrición. En su origen se reduce a coger con los cinco mandamientos y devorar a dentelladas.... Lo que ha ennoblecido esta exigencia orgánica, es la estética, la poesía, la sociabilidad.
Cierta sobriedad se une ahora a la complicación culinaria, a la rebusca de condimentos varios y gustosos y de un ornato discreto y simpático al estómago, al través de la vista. El comer se humaniza cada día más. Ya no es el engullir de la bestia hambrienta. También en la mesa puede el espíritu puede sobreponerse a lo material"
Nuestro homenaje tiene su raíz aquí y nuestro menú será el pretexto para mostrar y descubrir "reflejos del pasado", hacer "surgir ideas culinarias nuevas, aunque inspiradas en nuestras tradiciones” y en modificar el fogón para: COMER; SEGÚN EL ALMA.